Esta vez la noticia es que varias de las historias de palmicultores colombianos están en las salas de cine del país, siendo los productores, pequeños y empresarios, y comunidades, los grandes protagonistas.
Se trata de una serie de cuatro documentales cortos sobre los “Frutos de la palma”, que muestran la realidad de la palmicultura a lo largo del territorio colombiano y que durante el mes de julio serán vistos por miles de ciudadanos en la gran pantalla.
Gracias a este esfuerzo se logró la proyección de dichas historias, de dos minutos, en Bogotá, Medellín y otras 19 ciudades, en las salas de cine de Cinemark, Cinépolis y Procinal, con el fin de dar a conocer experiencias de éxito de hombres y mujeres emprendedoras, que han logrado transformar sus territorios, gracias a esta agroindustria.
La invitación de Fedepalma y de los palmicultores, es que la gente conozca las historias y tenga la oportunidad de sentirse orgullosa de lo que logran personas del común en Colombia cuando su trabajo y amor por el agro es fuera de lo común.
Este cultivo ha sido motor de transformación social, ambiental y económica en las regiones donde está presente, ejemplo de tenacidad y progreso para las familias, y por eso Fedepalma trabaja para visibilizar las acciones de esos productores que con su tesón logran demostrar que la palma de aceite en Colombia tiene un origen único y sostenible.
Historias como “Macondo sí existe y está en Mapiripán”, Meta, erizan la piel y narran el arribo del cultivo a la zona, transformando todo con la llegada de la luz eléctrica y el impacto positivo para más de 1.000 familias.
En Urabá, “la tierra del sol y las palmeras”, muestra las condicionesde productividad y sostenibilidad del cultivo que se dan, gracias al esfuerzo de soñadores y buenos trabajadores, y que al final logran poner colores de paz, prosperidad y fertilidad al territorio.
En Puerto Wilches, cada familia cuenta con una “fábrica de sueños”, capítulo de la “docuserie” que cuenta la historia de Maritza, una mujer idealista, con los pies bien puestos en la tierra, que ha alcanzado sus metas mezclando una pizca de locura con ingredientes como educación y constancia.
Yarima fue una princesa indígena que dio su nombre a esta región en Santander y que se caracterizó por ser “una leyenda de fertilidad”; la historia pasa de la leyenda al trabajo en equipo de la empresa palmera y de una comunidad trabajadora, las cuales logran hacer realidad uno de los mayores sueños del ser humano: tener casa propia.
Los invitamos a verlas. Conoce aquí las salas de cine donde puedes encontrar las historias https://bit.ly/3pXCs4Y, las cuales también están disponibles en YouTube: Aquí encuentran todos en lista de reproducción: https://www.youtube.com/watch?v=XHpfbigOzcg&list=PL62IurB0ALXA_zfh7CSaCsICI8RkmXCTA
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