Pese a la victoria contundente que la comunidad universitaria le entregó al rector Pablo Vera en la consulta para conformar la terna para nombrar rector del periodo 2024-2028, el único que cumplió el umbral, quedando como candidato único, un hecho sin antecedentes en el alma mater, el Gobierno Nacional desconoce la voluntad democrática en la Universidad del Magdalena.
La reciente reelección del doctor Pablo Vera Salazar como rector de la Universidad del Magdalena para el periodo 2024-2028 con un 90% de apoyo, ha puesto de manifiesto el sólido respaldo de los estudiantes, docentes y funcionarios de la universidad al rector, esta votación refleja no solo la aprobación de su gestión pasada, sino también una visión institucional centrada en la inclusión, la calidad educativa y el compromiso con la región Caribe.
Un Respaldo Abrumador
De los 16,325 votos totales, la mayoría aplastante favoreció a Vera, quien quedó como el único candidato ante el Consejo Superior Universitario (CSU). Sin embargo, a pesar del respaldo contundente de la comunidad universitaria, el Gobierno Nacional, a través de sus representantes en el CSU, decidió votar en contra de su ratificación. Esta acción resalta una aparente incoherencia con los principios de respeto a la democracia y a la voluntad ciudadana.
A diferencia de lo ocurrido en la Universidad Nacional, donde el presidente Gustavo Petro apoyó la voz de la mayoría mediante sus delegados, la decisión del Gobierno en la Universidad del Magdalena se opuso a la elección popular de 14,957 estudiantes, 1,166 docentes y 202 funcionarios. Este enfoque centralista se percibe como desatento a los logros de la Universidad, que incluyen mejoras en la calidad educativa y en el desarrollo social y organizacional, resultado de una administración comprometida con la transformación regional.
Lecturas sobre la Decisión del Gobierno Nacional
Más allá de los números que evidencian una mayoría aplastante, esta decisión se interpreta como un respaldo a ciertos intereses locales, que buscan imponer agendas externas en una institución autónoma. Estos intentos, que han sido recurrentes en otras universidades, limitan la capacidad de decisión de las comunidades sobre sus propios procesos educativos.
La Necesidad de Apoyo Gubernamental
La Universidad del Magdalena requiere del Gobierno Nacional no solo un respaldo financiero, sino también simbólico y estratégico que proteja su autonomía y diversidad. Un mensaje gubernamental que reafirme el derecho de la región a decidir sobre su desarrollo habría beneficiado a esta universidad vigorosa e independiente.
Conclusión
Podemos concluir que al ignorar esta voluntad democrática, el Gobierno Nacional priva a la Universidad del Magdalena del impulso necesario para seguir liderando el cambio en la vida de miles de estudiantes y contribuir al desarrollo de las comunidades del Caribe. A pesar de los obstáculos, el compromiso con la educación y el desarrollo social en esta región continuará.
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